En tiempos de don Porfirio, los catrines Pérez y López mueren al batirse a duelo por la cupletista Ana "La Tobillera", y sus espíritus son condenados a vagar como fantasmas por el teatro donde se enfrentaron hasta que se vuelvan amigos. Cincuenta años después, los fantasmas piden la oportunidad de redimirse. Para conseguirla deberán comprobar que ya no existe rivalidad entre ellos.