En 1983, coincidiendo con el punto álgido de la Guerra Fría, las tensiones entre los Estados Unidos y la Unión Soviética son cada vez más críticas a consecuencia de las ambiciones y medidas políticas que mantienen ambas naciones. Ronald Reagan, actual mandatario del país, ha llegado a la presidencia de la primera potencia del continente americano con dos objetivos claros: prosperar en el ámbito científico, pero también liderar la carrera espacial para conseguir controlar el mayor número posible de los recursos disponibles en la Luna.